Lima, ciudad de librerías (un sueño)

Casa de la Literatura.

Fuente: El País

Si hay una ciudad que reboza de librerías es Lima. Hay librerías en cafeterías, con estanterías en las que con un código QR puedes saber los precios y novedades del mes, además del calendario de actividades que incluyen visitas de autores peruanos. Las hay en restaurantes de moda, la mayoría de ellas especializadas en los recetarios, cultura gastronómica e historia de la cocina peruana. Es un placer asistir a las firmas de libros con bocadillos exquisitos. Las hay en centros comerciales, con áreas de niños que parecen parques de diversiones, los pequeños les ruegan a sus padres quedarse más tiempo. Las hay en bares, donde suele haber preferencia por la poesía, ensayos filosóficos y la literatura local; varios autores han escrito de muchos de esos lugares que son parte del atractivo turístico de la capital. Las hay en supermercados, con sus módulos de ofertas, revistas literarias, fascículos y cómics. Las hay en barrios, donde los libreros son tan cercanos como el periodiquero o peluquero (que también ofrecen lecturas de calidad), en las bibliotecas municipales, donde la impresión a demanda se alterna con los usos de las salas de lectura, equipadas en terrazas al aire libre, en la que se dan conversatorios y talleres. Las hay en la entrada de oficinas del gobierno, mediante ferias itinerantes, en el Barrio de la Cultura del Centro de Lima, en donde se reúnen los grupos literarios y donde tienen sede las editoriales independientes. Las hay en parques, junto al puesto de golosinas y bebidas, en módulos de remate, libros viejos para coleccionistas y libros-objeto. Las hay cerca de todas las universidades, con ediciones populares y textos universitarios elaborados por sus fondos editoriales y los cartoneros. Las hay en centros culturales, con libros ilustrados y reediciones de lujo; los clubes de lectura son su principal público, y en campos feriales, adonde acuden los libreros, empresarios que suelen tener sus propios sellos. Las hay en museos, teatros, galerías de arte, colegios, clubes deportivos y estaciones de tren, motivados por las exoneraciones de impuestos a las que pueden acceder y al consumo creciente que les permite hacer pagos mediante plataformas digitales con tentadores descuentos que aparecen en la pantalla del celular. Lima es la ciudad de las librerías porque la gente lee, los niños leen, las autoridades leen y la industria editorial tiene un sistema que se basa en la confianza de que escribir, imprimir y vender libros es un buen negocio, en que hay público y un interés voraz por leer y seguir leyendo.

El Librero