Libreros versus Amazon (y otras tiendas virtuales) – Round II

librosalterego
16 ene 2021
3 Min. de lectura

En el primer round defendimos la sensorialidad del libro de papel, un objeto para fetichistas que muchos otros usan, simplemente, para informarse, entretenerse o estudiar. De ahí que, en tiempos de cuarentena, páginas como Scribd, una biblioteca virtual de libros, revistas y papers, entre otros, haya crecido tanto en el último año, llegando a tener 75 mil títulos en español e incrementando sus lectores premium al 100% en países como México.

Todos tus libros es una web que agrupa a librerías españolas.

Muchos libreros viven de la necesidad del público (Plan Lector), de ciertas tendencias comerciales (ahora hay libros populares porque son de series de Netflix) y ‘verdaderos’ lectores; los que siguen, coleccionan y no se pierden un libro de tal o cual género o autor. Por eso, extrañan iniciativas como la de la Biblioteca Nacional del Perú, que ahora cuenta con una librería digital, compitiendo con pequeños libreros, cadenas, editoriales y la misma Amazon como si ese fuera el único escenario posible.

¿Qué están haciendo los libreros para enfrentarse a estas tendencias donde hasta las instituciones públicas abandonan la idea del libro de papel para migrar a lo digital? No parece que abrir tiendas con pagos digitales y reparto a domicilio sea suficiente, sobre todo en tiempos donde muchos lectores viven preocupados por la confidencialidad de sus datos. En opinión de este librero, me importa más que los algoritmos me ofrezcan los libros que quiero a que me presente los que están de moda. Pero en ambos casos la oferta independiente sigue en un rincón y no en el centro del escenario.

Si todos vamos a terminar leyendo lo nuevo de Planeta (entre lo más reciente, una autobiografía de un candidato presidencial que no debe haber leído ni el contrato de publicación), la oferta homologable de Penguin y algunas valiosas otras excepciones, bien valdría pensar qué rol jugará el viejo y joven librero (durante la cuarentena se han abierto en Perú dos librerías, un número altísimo comparable a toda la década), ese agente comercial que es a la vez un experto y que busca ser un amigo.

Desde la experiencia de este librero, los libros de segunda son más novedosos que los últimos lanzamientos editoriales; de ahí que Mercado Libre, Market Place de Facebook y las librerías de segunda que proliferan en Instagram (anexamos lista al final) sean más interesantes. Sin embargo, queda una cuota de libros de editoriales prestigiosas (mi favorita es Acantilado, pero también mencionaré a Páginas de Espuma y Diego Portales) que casi quedan fuera del radar digital.

¿No sería mejor impulsar a estas buenas editoriales, repletas de ensayos, autores no comerciales, periodistas con personalidad e investigaciones históricas? Que el Estado decida invertir en cultura de la misma forma en que lo haría cualquier librería explica el dominio de Amazon: saben qué hacer, tienen cómo hacerlo y sus competidores están buscando imitarlos, en lugar de trazar estrategias diferenciadas. ¿Sirve una librería virtual que vende lo mismo que tiene el mall pero sin descuento?

Las nuevas librerías locales (en Perú ese par son Ciudad Librera y la digital Buen Salvaje) tienen muchos retos pero pocas ventajas. Tal vez hay algo que debemos entender: no se puede competir con Amazon. Aprendiendo de España, podemos unirnos para crear una cadena (como la Red de Libreros) que ayude a los lectores a encontrar el libro (físico) que buscan y a orientar a los libreros para tener ofertas variadas y diferenciadas a la del gigante tecnológico (cuyo catálogo también tiene grandes carencias).

El Librero

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